Durante la sesión de la Comisión Permanente en el Senado de la República, el priista Alito Moreno reclamó al presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, que no le cediera la palabra y, tras intercambiar acusaciones, terminaron en los golpes.
Dolores Padierna intentó separarlos y alejar a Noroña, pero Moreno siguió empujándolo.
Otros trabajadores del Senado también trataron de intervenir, mientras Lilia Aguilar, se mantuvo sin hacer nada.
Durante la sesión, hicieron acusaciones cruzadas, la oposición reprochó a Morena que distrajera, con cortinas de humo, los escándalos de enriquecimiento de algunos de sus cuadros y de la complicidad con el narco.