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La caída de las remesas: una llamada de atención para la economía

Durante los primeros nueve meses de 2025, los envíos de dinero desde el exterior hacia México sumaron 45 681 millones de dólares, lo que representa una caída anual de 5.5 % respecto al mismo periodo del año anterior. En septiembre, además, el flujo mensual ya mostraba una disminución del 2.7 %, acumulando seis meses consecutivos a la baja.

Las remesas han sido, para muchas familias mexicanas, un salvavidas económico. Según datos de BBVA, gracias a esos recursos, casi 1.1 millones de personas se mantuvieron fuera de la pobreza multidimensional en 2024. Ahora, con su caída, surge una doble amenaza: por un lado, menor ingreso para hogares que dependen de esos envíos, y por otro, una señal de debilidad externa que impacta el consumo y la economía nacional.

La reducción en remesas obedece a varios factores, entre ellos la desaceleración económica en Estados Unidos, un mercado laboral más inestable para los migrantes mexicanos, el endurecimiento de las políticas migratorias y el fortalecimiento del peso frente al dólar.

Las remesas representan una parte importante del ingreso de muchas comunidades y familias, y esta disminución repercute en su capacidad de consumo y su calidad de vida. Además, la menor entrada de dólares también afecta la balanza comercial y la estabilidad macroeconómica.

Es urgente que el gobierno federal vuelva la vista hacia este elemento clave de la economía mexicana. Que después no digan que los datos no avisaron.