Con apenas 16 años, Anaiya Miyazato es una de las figuras más prometedoras del futbol femenil mexicano. Nacida el 3 de diciembre de 2008 en Arizona, la delantera encarna una fusión de culturas: su padre es japonés, su madre posee nacionalidades mexicana y alemana, y su abuela materna es originaria de Chihuahua.
Gracias a esa diversidad, pudo elegir entre varias selecciones nacionales, pero decidió defender la camiseta de México. En entrevista con Telemundo Arizona, explicó: “Elegí a México porque me dieron una oportunidad”. Su frase resume una decisión que va más allá del balón: una elección de identidad, pertenencia y orgullo.
Miyazato ya suma experiencia internacional. Participó en el Mundial Sub-17 de la FIFA 2024 en República Dominicana y actualmente brilla en la edición 2025 celebrada en Marruecos, donde México alcanzó las semifinales. En los cinco encuentros disputados hasta ahora, ha sido pieza constante en el esquema del técnico Miguel Gamero, quien confía en su capacidad para generar peligro y mantener equilibrio en el ataque.
Pese a su corta edad, la atacante demuestra madurez y visión. Enfrentar un torneo mundialista, adaptarse a la exigencia internacional y destacar entre las mejores del mundo no son tareas menores. Este miércoles, ante Países Bajos, buscará escribir una página histórica con el Tri femenil Sub-17 y consolidarse como uno de los nuevos rostros del futbol mexicano.
La historia de Anaiya Miyazato refleja el espíritu de una generación que redefine lo que significa representar a México: talento global, raíces profundas y convicción de futuro.
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